Llega el mes de junio y nuevamente comenzamos a vislumbrar el final de un intenso curso escolar al mismo tiempo que visualizamos el inicio del jovial y espontáneo verano en familia. Lo que para los más pequeños supone un período de ruptura de rutinas, excursiones a la playa y preocuparse exclusivamente por saborear todos los helados posibles. Para los padres puede suponer tres largos meses de verdaderos quebraderos de cabeza. Mil dudas surgen: ¿Debemos ponerles deberes? ¿Les dejo levantarse a la hora que deseen? ¿Es necesario que acudan a algún tipo de escuela de verano? ¿Qué rutinas hay que mantener? Con el objetivo de resolver tanta incertidumbre desde Lucentum Psicología queremos dejaros algunas recomendaciones a tener en cuenta de cara al ansiado período estival.
¿Deberes?
Los niños necesitan desconectar de las pesadas tardes de tareas y estudio del largo curso escolar y el verano es el período para hacerlo. Sin embargo, para evitar el temido síndrome posvacacional y la pérdida de hábitos, es conveniente que realicen pequeños ratos de estudio y repaso que no excedan los 45 minutos al día. La mañana es el mejor período para hacerlos, ya que es cuando están más despejados y así dejaremos libre el resto del día para actividades de ocio.
¿Rutinas estrictas?
Es necesario mantener determinadas rutinas para evitar que los niños pierdan las costumbres adquiridas durante el curso. A pesar de ello, en el verano las rutinas deben modificarse y adaptarse a las vacaciones, por lo que estas deben mantenerse, pero suavizarse. No hay problema en atrasar la hora de ir a dormir y la de despertarse siempre y cuando no se descompensen en exceso los horarios. Debemos garantizar el adecuado descanso y dejar margen para realizar planes durante el día.
Actividades y escuelas de verano.
La cantidad de tiempo libre disponible en verano unido a la dificultad de mantener determinados hábitos, hace atractiva la idea de los campamentos y escuelas de verano. Son una muy buena opción para potenciar la socialización de los peques, combatir la ociosidad y mantener ciertas rutinas necesarias. Debemos contar siempre con la aprobación del niño, buscar actividades que se adapten a sus gustos e intereses; e incluso dejarles elegir entre varias opciones propuestas por vosotros.
Tiempo en familia.
En muchas ocasiones la dura rutina diaria deja poco espacio para compartir momentos de diversión en familia. El verano en familia rompe con el ritmo frenético de la vida actual y es ideal para compartir más tiempo con nuestros hijos y potenciar ese vínculo único. Cuanto más variadas sean las actividades: manualidades, películas, juegos de mesa, excursiones, deporte, paseos… más positivo y enriquecedor resultará para ellos.
Tablets y videojuegos.
Es muy importante continuar manteniendo un control y un límite de tiempo en el uso de tecnologías, al igual que durante el resto del año. Aunque ciertos días flexibilicemos este horario, no debemos caer en el error de acudir continuamente al empleo de estos aparatos para entretener a los pequeños por falta de planificación de otras actividades o por ceder ante sus quejas y exigencias.
Y después de estos pequeños pero importantes consejos os dejamos hasta el próximo post, no sin desearos ¡Felices Vacaciones!
Andrea Fuentes Marcos
CV14125